El segundo tipo de energía del
que vamos a hablar es la energía solar fotovoltaica. Este tipo de tecnología
solar transforma directamente la energía de la radiación solar en energía
eléctrica. Su uso está muy extendido y cada año que pasa es más competitivo
económicamente.
El efecto fotovoltaico tiene su fundamento
en el efecto fotoeléctrico descubierto por el físico alemán Heinrich Rudolf
Hertz en el año 1890. Cuando los fotones inciden en la superficie del material
semiconductor producen una corriente de electrones. Los materiales semiconductores
son los materiales de los que están hechas las células solares que componen los
paneles fotovoltaicos.
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Célula solar. Fuente: Wikipedia. Ersol commonswiki. Licencia creative commons. |
Una instalación fotovoltaica está
compuesta por varios elementos fundamentales:
- Generador fotovoltaico: Los paneles fotovoltaicos suelen estar dispuestos en ramas de varios paneles en serie. Cada rama tiene un diodo que impide que la corriente circule en sentido contrario al deseado. El conjunto de estas ramas en paralelo forman el llamado generador fotovoltaico, en caso de una instalación suficientemente grande. Esta parte de la instalación es la que genera la energía eléctrica en forma de corriente continua.
- Inversores: Son dispositivos electrónicos que sirven para convertir la corriente continua en corriente alterna.
En caso de que la instalación
esté aislada de la red eléctrica también dispondrá de otros dos dispositivos fundamentales:
- Acumuladores energéticos: Normalmente baterías eléctricas que se usan para almacenar la energía sobrante para poder usarla por la noche que el generador solar está inactivo.
- Reguladores de carga: Las baterías necesitan estos dispositivos para prevenir las sobrecargas y las sobretensiones.
A parte de todo esto la
instalación dispondrá de conductores eléctricos y sus protecciones
correspondientes.
Instalación fotovoltaica. Fuente: Wikipedia. Autor: Claus Ableiter. Licencia creative commons. |
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